
Esta esposa, perdidamente enamorada de su marido, verdadero ejemplo de ser humano con valores, virtudes y sabiduría, decidió recompensarle de una forma que iba más allá de la filosofía: le dijo que le iba a recompensar con la boca, pero no con la boca en señal de alabanza, sino chupándole la polla hasta beberse toda su leche caliente.