Traviesa treintañera juega con un enchufe y acaba tomando leña de dos de ellos, estos dos sinvergüenzas estaban al acecho, así que en cuanto aparecieron ella les agarró las pollas y se las fue mamando alternativamente. Cuando se cansó de tanto chupar acabó poniéndose a cuatro patas para que uno de los tíos le metiera hasta el fondo del culo mientras el otro recibía una mamada.